viernes, 16 de noviembre de 2012

jueves, 5 de enero de 2012

PLANES EXTRAÑOS

           La hora de salida prevista eran las 6 de la tarde y nuestras intenciones eran las de ir a ver a  los Reyes Magos desde el punto de partida de su periplo por el pueblo que estaba situado en un caserío, una vivienda tradicional ubicada a las afueras, carretera abajo. Esto ya me daba a mí qué pensar...porque.. si el villancico dice que los reyes venían por los arenales, por estos lares la arena o está escondida bajo el asfalto o todo esto es muy sospechoso...
            El xirimiri tan habitual en estas tierras del norte, sin embargo, se iba a convertir en el incordio que nos iba a hacer cambiar de planes, es decir, que en vez de bajar hasta la otra punta del pueblo, tuvimos que quedarnos más arriba, al resguardo de paraguas y de la cornisa de la Caja de ahorros (buen lugar para estar a buen recaudo en todos los sentidos..). Y, claro, los reyes han salido puntuales, pero para cuando han llegado hasta el punto donde estábamos nosotros, ha pasado cerca de una hora más o menos. Una hora que, a falta de las típicas palomitas pasarratos, hemos amenizado viendo pasar gente desconocida, saludando a conocidos y jugando con el niño de cuatro años que estaba con nosotros, protagonista absoluto de este plan de ir a ver a los Reyes Magos.
             Ese niño de cuatro años es mi sobrino y doy fe de que lo que he visto no era su ilusión infantil por ver a los 3 personajes que, si se porta bien y se va pronto a la cama, mañana le colmarán de regalos. Era algo más que eso, era un niño que bailaba sin música de pura alegría, y también gritaba, vaya que sí que gritaba..
           Y tras esa larga hora, por fín han aparecido los 3 grandes esperados al final de la calle, bajo una constante lluvia de agua y de caramelos que ellos mismos iban tirando para añadir todavía más entusiasmo a su baño de masas. 
          Y ahora sí que bailaba mi sobrino al son de la música, al son de las melodías que tocaba una txaranga, un soniquete que por estas tierras acompaña a todas las fiestas tradicionales y que, por estar siempre presente, tendemos a no escuchar con atención. Pero en un momento en que he aguzado algo más el oído he descubierto que los músicos han pasado de la melodía de un villancico euskaldun dedicado al Olentzero (personaje que ya nos trajo sus regalos en Nochebuena..), a la que se canta cuando se celebran los cumpleaños y pasando por la escalera que cantan los mozos y mozas 7 meses antes de los sanfermines pamplonicas..., cosa que si menciono aquí es porque me ha dejado bastante sorprendida...
          Cuando han pasado los 3 reyes y todo su séquito de pajes y antorcheros nos hemos puesto a la cola, siguiéndolos hasta la plaza del ayuntamiento desde cuya balconada suelen hacer sus ilustrísimas el tradicional discurso de felicitación, también repleto de consejos dirijidos a los niños y niñas para que reciban muchos regalos. 
          En ese tramo final del peregrinaje de sus majestades, hemos tenido que sortear alguna que otra supermina de caballo, tan olorosa que era innegable que era fresca como el pescado en la lonja a las 5 de la mañana, ¿será por esto que mi sobrino va a tener algo de razón al llevar todo un día empeñado en decir que no se dice   cabalgata (de cabalgar sobre el caballo, como es de suponer), sino cagalbata (¿de cagar?...con perdón..)

LLEVANDO LA CONTRARIA

Me consta que me he ganado fama de ser un poco "poco navideña", lo sé, y más de uno y de una estará esperando que aquí me ponga a "despotricar" sobre los Reyes Magos: que si es una festividad religiosa como la Nochebuena y la Navidad, que si es muy comercial, que si vaya "trolas" que les contamos a los niños y niñas, etc...
Por no hablar de la leyenda en sí misma: ¿quien se cree que alguien "hace muchos muchos años.." (en una galaxia muy lejana.., de esto, es de lo único que no me queda duda alguna: eran de otra galaxia..) se recorriera medio mundo a lomos de animal, guiándose por las estrellas con exactitud de GPS, para ir a adorar a un niño que acaba de nacer hacía una semana? y encima no solo era uno, sino tres junto con todo el séquito de cada cual!
Pero lo peor de todo no lo he mencionado aún, lo peor de todo es que nos hagan (y hagamos) creer desde la más tierna infancia que la monarquía es "una cosa muy buena".
Y llegados a este punto de esta entrada, me releo y me pregunto: ¿y por qué me habré ganado fama de poco navideña?
No encuentro respuesta, la verdad, porque sinceramente me gusta la festividad de los Reyes Magos, así que para llevar la contraria a alguno y a alguna, aquí os dejo mi regalito....:

Villancico: ¡Ya vienen los reyes!

Ya vienen los reyes
por el arenal.
Ya le traen al Niño
un rico pañal.
Pampanitos verdes, hojas de limón,
la Virgen María, madre del Señor
Oro trae Melchor,
incienso Gaspar
y olorosa mirra
el rey Baltasar.
Pampanitos verdes,
hojas de limón,
la Virgen María,
madre del Señor
Ya viene la vieja
con el aguinaldo.
Le parece mucho,
le viene quitando.
Pampanitos verdes, hojas de limón,
la Virgen María, madre del Señor


domingo, 1 de enero de 2012

BOCETO PARA UN SUSPIRO QUE QUIERE SER UN MENSAJE

      No se si es muy común o no, pero seguro que todos tenemos alguna persona cerca que nos llama la atención por su manera de hablar, concretamente por alguna "coletilla" que pueda tener que a base de oírsela repetir se haya convertido en una  marca identificativa de esa persona.
     Yo, al menos, tengo un amigo que en ciertas situaciones suele decir siempre un "¡Ay mi vida!", una expresión que tiene mucho de suspiro, o de lamento, o de queja, o de desahogo, etc, siempre orientados hacia situaciones que se nos presentan en la vida y  ante las que no tenemos solución. No hay más remedio que padecerlas y la única manera de descargar esa impotencia es soltar un "¡Ay mi vida!" que no arregla ese problema pero hace de paliativo ante el fastidio que se sufre por el mismo.
       Hoy es día 1 de enero y quien más quien menos habrá trasnochado y se habrá pasado con el alcohol, con lo cual es una jornada de cuerpos lamentables y caras espantosas, pero qué le pone remedio a eso que hace que este día siga pareciendo siempre el más inútil de todo el año? 
       Creo que habrá remedios naturales o químicos que facilitan el paso de las horas de todos los unos-de-eneros, pero creo que en este caso, una vez hechos excesos que se sabe que no tenían que haberse hecho, un ¡Ay mi vida! resulta bastante apropiado..

¡AY MI VIDA PORQUE OCURRIÓ Y NO LO PUEDO BORRAR! 

domingo, 25 de diciembre de 2011

EL ABREFÁCIL

          Creo que ha quedado ya un poco claro hasta qué punto llega mi espíritu navideño. Como todos sabéis, hoy es "25 de diciembre fun, fun, fun", así que todavía quedan varios capítulos por vivir en las presentes navidades. El que nos toca en una semana, ni más, ni menos, es el relativo a la Nochevieja y el día de Año Nuevo, dos jornadas que, independientemente de todo lo que puedan tener también de debatible, a mí personalmente me resultan más cómodas de felicitar, desear y celebrar por la sencilla razón de que carecen de esa carga religiosa que tienen la Nochebuena y la Navidad. 
        Es cierto que no dejamos de estar celebrando un fin de año que lo mismo podría tener lugar en otra fecha del calendario, pero que por conveniencia, alguien ha decidido ubicar en cada uno de los "31 de diciembres" de cada año, pero el quid de la cuestión está al fin y al cabo en lo que estos dos días representan, es decir, un final y un comienzo.
         ¿ Cuántos finales y comienzos acumulamos a lo largo de nuestras vidas en sus diferentes aspectos? Si nos paramos a pensar en ello seguro que descubrimos unos cuantos y hasta es probable que alguno se nos quede en el tintero: finales académicos que dan paso a otros estudios o no, finales laborales que dan pie a otros trabajos o no (y más aún en los tiempos que corren...), cambios de residencia que sin darse uno cuenta simbolizan cierres de etapas vivenciales más personales, relaciones de amistad o sentimentales que acaban, etc.
         Parece que la dinámica más natural es esa, la de cerrar y abrir, pero el hecho de ser protagonistas de ese ritmo parece que nos hace ignorarlo (a lo sumo vemos la ajena...), solo la vemos a toro pasado, de ahí que, salvo excepciones, suelen ser finales y comienzos que raramente celebramos, o cuando menos, no festejamos en el momento en el que ocurren, si no tiempo después. 
       Pero es necesario que al menos en algún momento de nuestras vidas, seamos conscientes de esos ciclos, y poner una fecha en el calendario que simboliza todo eso es la manera más sencilla de recordarnos que el universo será infinito, pero que nuestras vidas no lo son, que las vivencias que hay dentro de cada vida tampoco lo son, que lo único que nunca acaba es el cambio...
     Una podría vivir sin esa fecha marcada en el calendario, pero lo cierto es que está y que nos arrastra inevitablemente, así que lo mejor que se puede hacer es disfrutarla como cada uno mejor pueda. Sin embargo, no puedo evitar reconocer que cuando una es consciente de que este fin de año coincide con el final de una etapa personal, creo que se traduce en que para una todas estas celebraciones de fin de año tengan más sentido y que tenga mucha más ilusión por festejar y por desear que los demás también lo hagan, por eso, de esta pesada manera mía, os deseo que acabéis bien todo lo que tengáis que acabar y que los comienzos que os esperan en vuestras vidas sean muy ilusionantes.

A LA PORRA CON EL 2011 Y MÁS ALLÁ Y VIA EL 2012 Y MUCHO MÁS ALLÁ TODAVÍA!

sábado, 24 de diciembre de 2011

LA TRAMPA NAVIDEÑA


Si propusiera aquí y ahora un debate sobre porqué estar a favor y porqué en contra de las navidades, estaría haciendo algo cuando menos carente de toda originalidad, pero de esta cuestión a mí lo que me resulta significativo es pensar que una no se imagina tiempos pasados de vida más devota en la que estas fiestas se pusieran en cuestión, lo que lleva a pensar que en los tiempos actuales se han ido introduciendo ingredientes nuevos en estas celebraciones que son los que las han ido modificando hasta el punto de convertirlas en tema de discusión.
Como acabo de insinuar, no está dentro de mis intenciones soltar una retahíla de pros y contras sobre estas fechas tan señaladas, pero he de reconocer que el hecho de haberme encontrado ayer en pleno poteo pre-navideño con un conocido que me ha confesado que reflexiona consigo mismo sobre ello, me ha puesto el cuerpo pensante.
Y reflexionando, reflexionando, descubro que no es la primera vez que yo caigo en la trampa de del debate navideño, pues bastantes entradas hacia atrás en este blog ya hay alguna alusión relativa a este periodo del año ( http://lasletrasylaspalabras.blogspot.com/2009/01/el-tropezn.html).  Si una lee esa entrada, creo que es fácil llegar a pensar que quien suscribe esos comentarios no es muy aficionada a nochebuenas y marimorenas, (aunque yo más bien diría que a lo que una no es aficionada es a los tropezones mosqueantes...)
Sin embargo, con este cuerpo reflexivo una relee esas parrafadas y le dan ganas de llevarse la contraria a si misma, o cuando menos, de mostrar otras percepciones sobre el  mismo tema un tanto más favorables al espíritu navideño que, paradójicamente conviven con las anteriores.
Desde aquellos comentarios míos  hasta hoy, no ha habido grandes cambios en mi vida, pues yo sigo viviendo en la city y mi familia tampoco ha variado su lugar de residencia, con lo cual en estas fechas mi idas y venidas son las mismas, es decir, de la city a la casa de mis padres. Lo único que ha variado es mi ruta desde mi nueva casa hasta la estación de autobuses, con lo cual ya no sufro de los mismos tropezones inquietantes... 
Por lo demás, el día de Santo Tomás y sus variantes alavesas sigue siendo un ritual pre-navideño que me agrada, el día de la lotería sigue siendo una jornada que tomo con ilusión, así como los momentos previos a la cena de nochebuena con sus poteos tradicionales y sus preparativos de las viandas que, en mi caso se han convertido desde hace muchos años en una OBLIGACIÓN, pues soy la encargada oficial de las bandejas de los postres. 
Y por último, qué decir de las miles de felicitaciones que a una le llegan desde muy diversas partes y en diferentes formatos? Creo que seguiré sin tener iniciativa de felicitar las navidades a nadie de ninguna de las maneras que se acostumbra porque mi espíritu navideño no llega a tanto, pero de la misma manera he de reconocer que las que recibo por parte de gente a la que aprecio, me hacen una ilusión tremenda y las que me mandan más de compromiso, me producen una gran curiosidad por saber cual es la más divertida, la más cursi o la más horrenda de todas...
Así que gracias a todos los que me felicitáis estas fechas porque son pequeñas sorpresas agradables que contribuyen a alimentar ese punto positivo que tienen estos días, a pesar de que no siempre lo pregone a los cuatro vientos..
Gracias a todos y  A DISFRUTAR!

martes, 17 de agosto de 2010

GINKANAS AEROPORTUARIAS Y EQUIPAJES

A la que suscribe le gusta viajar, no lo ha hecho todo lo que quisiera, pero alberga la esperanza de pisar toda tierra que se ponga bajo sus pies. Unas veces ha viajado acompañada y otras sola, son dos maneras diferentes de viajar, no sabría decir con cual de ellas quedarse. Cuando se viaja sola, hay una serie de cosas que una no osa hacer, cosas que, si estuviera acompañada, sí que haría; pero, cuando se viaja en compañía se pierde cierta conexión directa con el lugar visitado.


Roma es una ciudad que la menda visitó sola, pero la ciudad eterna es para visitar acompañada.


La primera cuestión de este viaje que esta viajera solitaria habría llevado mejor si estuviera acompañada es el tema de los aeropuertos, me refiero, en concreto a los grandes aeropuertos y el de Fiumiccino entra dentro de esa categoría. Ya sé que en el mundo globalizado y anglosajonizado en el que estamos, este tipo de espacios públicos suele estar siempre explicado en inglés y suele tener una organización standard, de tal manera que es relativamente fácil dar con todo lo que uno tiene que dar, sin embargo, confieso que ante la idea de verme a mí misma sola en un megaeropuerto, simplemente me da un pelín de pánico....Por no hablar de las múltiples situaciones extraordinarias relacionadas con el transporte aéreo que pueden llegar a darse y que se escapan de todo control del triste viajero y se pierden en una red de negociaciones entre compañías aéreas, etc, etc...


Un chico romano que me acompañó en el viaje de regreso de Roma, me confesó su miedo a los aterrizajes por ser, deduzco que estadística en mano, el momento en que más accidentes suelen ocurrir. Supongo que lo más normal cuando se vuela es tener este tipo de temores, pero yo en esas cosas no pienso, una vez que estoy en el avión es que he superado la ginkana aeroportuaria , así que ya estoy tranquila...
Dicen algunos psicólogos que cuando nuestros miedos son agudos, paradójicamente, acabamos facilitando que nos ocurra justo aquello que tanto temor nos da. No sé qué hay de cierto en esto, pero, a veces, pienso que no es tan extraño. No tengo experiencias que se parezcan a ese discurso psicológico, pero soy capaz de reconocerme a misma, en ocasiones, analizando lo que me rodea de una manera un tanto paranoica..., como muestra, un botón:
-Aterrizar en Roma y ver que extrañamente sacan maletas de la barriga del avioncito y pensar, "jo, qué bien, no voy a tener que esperar nada...". Pero, segundos después descubrir que, simplemente eran algunos equipajes de mano que no cabían en los compartimentos del interior del avioncito y volver a la realidad, es decir, a la de tener que esperar por tu equipaje.
Esperar, vaya que sí que esperé, pues al llegar a la terminal las maletas no salían, y no salían, y una empieza a pensar "claro, cómo iba a ser tan fácil, eso era el preludio de lo contrario, el preludio de un vete a saber cuando sacan el equipaje y a ver cómo sale..." . Y las maletas que no salen, que no salen, y los perros de la policía que no hacen más que rondarnos olisqueándonos hasta el último poro "y si mi olor les hace ladrar...?" .
Finalmente apareciron los equipajes sanos y salvos, pero mi maleta era tan común, tan común que era exactamente igual que la de dos turistas españoles de al lado, y el candado que le puse en el último momento era tan vulgar, tan vulgar que también era clavado al de los citados turistas...Menos mal que los que organizan las ginkanas aeroportuarias, también parecen tener grandes ideas como las de ponerle a cada bulto un número que coincide con el que tú tienes en tu resguardo que si no, uno de mis temores se habría hecho realidad...pero más que por mis propios pensamientos paranoicos, por mi propia vulgaridad en materia de maletas

sábado, 14 de agosto de 2010

NO SOÑÉ ROMA

Estoy acostumbrada a viajar en septiembre o en octubre, pero este año las vacaciones innegociables han sido en agosto, no es un gran mes para viajar, pero es lo que hay y hay que aprovecharlo igualmente, así que escogí viajar este mes a Roma y ya no había mejor época del año en mi mente para visitar la ciudad eterna, a pesar de sus amenazantes 40 grados centígrados de temperatura...

Pero no soñé Roma...Por razones que se me escapan, en este viaje no soñé la ciudad romana, no la deseé, más bien me limité a hacer los preparativos justos: hacer reservas para no dormir en la calle, comprar los billetes de avión para no ir en peregrinación a Roma (aunque todo se andará...y nunca mejor dicho...) y la habitual guía-Biblia del viajero que a duras penas me digné a abrir antes de partir...

No soñé Roma ni de lejos, aunque lejos de ella estaba...Por motivos que no logro vislumbrar, con esta ciudad las cosas no fueron así, lo cual no significa que no tuviera ganas de hacer este viaje, digamos que, simplemente, me relajé y me confié dejándolo todo para organizar, resolver y decidir allí mismo in situ... Y así fue...

Y fue maravillosamente bien, pero ahora que he vuelto de allí, no hago más que soñar con Roma, camino por las calles de la city con los oídos atentos por si capto el soniquete italiano de algún turista, busco Italia en mi supermercado, miro al suelo buscando bajo mis suelas los incomodísimos sampietrini, pero no encuento más que los novísimos adoquines de la city, busco en los carteles de las calles y no veo vías.... Descononozco cúal es el término castizo que usan los italianos para referirse a la añoranza de un lugar, pero se que para este caso esta muy bien usada la portuguesa saudade...

Tengo nostalgia portuguesa de Roma, sueño Roma, sueño ser una anónima persona que camina por Roma, sueño que volveré a Roma porque sí y porque tiré la famosa moneda a la Fontana de Trevi...

Volveré a Roma, lo sé...